Maureen Rivera a sus tempranos nueve años era una entusiasta a practicar el balompié en nuestro país, pero claramente tiempo atrás el fútbol femenino o cualquier rama del deporte era mal visto desde un punto ético y de delicadeza. Ella asegura para el portal digital D´Grecia: "Mi mamá decía que el fútbol era solo para niños, entonces habló con una vecina para que yo practicara ballet".
Asegura que todo comenzó en un garaje con la idea de llevar el arte a un nivel más profesional. Su sede principal está localizada en Cartago y tiene sus extensiones en San Francisco de Dos Ríos y Panamá, además que personas de México, Estados Unidos u otros países que se quieran dedicar al ballet y ser profesionales vienen a hacer certificaciones internacionales a su sede principal.
Se trabaja con pasión, disciplina, espíritu y respeto asegura Maureen para el portal digital D´Grecia, "Donde muchos de nuestros exalumnos ya tiene sus academias y son profesionales".
Ella transmitió este legado a sus hijos que también se dedican a la danza y al ballet e Ignacio José Rivera es uno de ellos, quien representó al país quedándose con el tercer lugar y siendo el único latinoamericano en colocarse en este puesto a nivel internacional. Ella busca "Quitar estereotipos y que sus dos hijos bailen ballet".
"Yo no escogí el ballet ni la danza, ellos me escogieron a mi".
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